martes, 26 de junio de 2012

A tiempo


- No pares en esa gasolinera.

Eran las primeras palabras que había pronunciado mi hermano en todo el viaje. Aceleré el vehículo, mientras por el retrovisor iba empequeñeciéndose el cartel de Repsol.

Unos cuantos kilómetros después, tuve que detener el coche sediento en el arcén. Tenía la impresión de que debía faltar bastante para la próxima gasolinera. Juan bajó del coche y encendió un cigarrillo. No tenía ni idea de que fumara. Salí yo también y me apoyé en una de las puertas. Mi hermano contemplaba los olivos que amurallaban la carretera.

- Lo vi bailar una vez con mamá, ¿sabías? En una boda, cuando estabas fuera -me dijo, mirándome por primera vez.

- No vamos a llegar a tiempo al hospital -me abstuve de añadir que debíamos haber repostado en aquella gasolinera.

Entramos de nuevo en el coche. Cogí mi teléfono y lo estuve mirando unos instantes. Lo dejé sobre la guantera y le pedí un cigarro.



No hay comentarios:

Seguidores