lunes, 16 de julio de 2012

Ahora

Ahora, en este mismo momento, mientras escribo estas líneas (y también mientras tú las lees), en algún lugar del mundo una persona se deshace en lágrimas a la vez que con la palma suave de la mano cierra por última vez unos ojos queridos, pero también, en el mismo preciso instante, otra persona llora abrazando a su hijo recién nacido. Un niño, con ayuda de unos dedos dubitativos, resuelve una suma mientras un anciano vierte un recuerdo en el torbellino inexorable del desagüe de su memoria. Una pareja folla rebosante de amor mientras una persona cierra una puerta haciendo rodar una maleta. Un hombre apaga su último cigarro mientras otro tumbado en un portal perfora su vena temblorosa. Una persona sube en una balanza y se muerde sonriente el labio inferior mientras otra araña en la basura buscando algo de comida. Una persona estalla de alegría al ver el juego retozón de los delfines rosados del Amazonas mientras otra solloza en la silla de ruedas donde le ha castigado un accidente. Un hombre sonríe tumbado en el campo, mordisqueando unas ramillas de pasto, y otro implora a un dios ciego que el francotirador no le escoja a él mientras cruza la calle. Un joven recibe su primer sueldo mientras un hombre de cincuenta y tantos se demora antes de llegar a casa llevando en el bolsillo la carta de despido que le acaban de entregar.

Somos uno más en este pequeño y a la vez enorme mundo. Por eso somos tan importantes. Tal vez serás tú el que reconozca emocionado esa manchita que compartes con el bebé al que acunas. El que asientas comprensivamente al aprender algo nuevo. El que explote en un orgasmo colosal. El que percibe que, desafiando las leyes de la vida, te sientes mejor cada día. El que se deja acariciar por el sol consolando el esfuerzo de subir una montaña blanca. El que vive despreocupado, gozando del instante. El que vence a los malos que se lo ponían tan complicado.

Debes atesorar la mayor cantidad de esos felices instantes, o de cualquier otros, para así compensar y revocar las desdichas del mundo y mantener el equilibrio, e incluso hacer inclinar la balanza, inclinarla a tu favor. Al nuestro. Ahora.

No hay comentarios:

Seguidores